La vía lagrimal es el sistema que se encarga de drenar las lágrimas desde la superficie del ojo hacia la cavidad nasal.
Su principal función es mantener los ojos lubricados y evitar la acumulación excesiva de lágrimas. Resulta clave para mantener la salud ocular y una correcta visión y comodidad, pues ayuda en la defensa del ojo contra infecciones, ya que elimina las partículas y agentes externos a través del flujo lagrimal.
De hecho, si existe algún trastorno en el funcionamiento de la vía lagrimal y no se realiza el drenaje de las lágrimas correctamente puede desencadenar en dos problemas frecuentes:
- Obstrucción de la vía lagrimal: el conducto lagrimal se bloquea parcial o completamente, lo que puede causar lagrimeo excesivo y mayor facilidad de padecer infecciones.
- Dacriocistitis: inflamación o infección del saco lagrimal, generalmente causada por una previa obstrucción de la vía lagrimal. Esto sucede porque al no poder drenar correctamente las lágrimas, estas se acumulan en el saco lagrimal, favoreciendo la proliferación de bacterias.
