Es muy común ver llorando a personas de nuestro alrededor e incluso a nosotros mismos, ya sea por una escena emocional de una película o por cualquier situación que nos causa tristeza. Pues bien, ¿te has fijado que la gran mayoría tiende a sonarse la nariz cuando llora? Esto no es algo aleatorio, cultural o social sino que se trata de una acción derivada de la propia acción del llanto en sí.
Para que se entienda mejor, diremos que el efecto de sonarse la nariz cuando lloramos es justamente una señal de que nuestras vías lagrimales funcionan perfectamente.
¿Qué son las vías lagrimales?
La vía lagrimal es un conducto con origen en los ojos y destino en las fosas nasales y a través del que viajan las lágrimas.
Esta vía lagrimal se encuentra trabajando en todo momento debido a que los ojos se encuentran permanentemente humedecidos por el flujo que forman las lágrimas cuya función es la de evitar la sequedad de la superficie ocular. Dichas lágrimas y sus sobrantes pueden evaporarse o pueden desembocar en un desagüe natural que se encuentra al final de la vía lagrimal, en la parte más nasal. En ese punto, la mucosa nasal es la encargada de absorber el flujo constante de lágrimas.
Pues bien, en el momento que nosotros lloramos y aumentamos ese flujo de lágrimas se produce, irremediablemente, la acumulación de estas en el desagüe natural que desemboca en las fosas nasales, produciéndose la imposibilidad de ser absorbidas por la mucosa de esta zona. Esto es lo que provoca la salida del flujo hacia el exterior por medio de la nariz y es lo que deriva en el hecho de que tengamos que utilizar un pañuelo para absorber este «moqueo».
Sabien esto podemos entender que es totalmente normal sonarse la nariz cuando se llora y no es, para nada, una situación extraña o curiosa. Es simplemente el funcionamiento correcto de nuestras vías lagrimales y no se trata de ningún resfriado, como muchos siguen creyendo.