Resulta muy curioso analizar y estudiar el sistema de visión de un recién nacido, pero resulta aún más curioso estudiar su evolución durante sus seis primeros meses de vida.
La vista es el único sentido que no se desarrolla durante la etapa previa al nacimiento y, por eso, es de vital importancia entender la adaptación y el aprendizaje que tienen lugar durante los primeros meses de vida.
Recién nacido: primeros planos
En un primer momento, la visión del recién nacido es limitada y se torna borrosa debido a la falta de desarrollo de la zona central de la retina. Esto lleva al bebé a concentrarse en intentar enfocar solo los contornos cercanos que no se alejan más de 30 centímetros. La combinación de colores blanco-negro es la más adecuada para estos primeros momentos y la iluminación excesiva se hace muy molesta para ellos.
Las caras de las personas serán una de las formas que más llamará la atención del bebé durante sus primeras semanas, sobre todo la zona de alrededor de los ojos. De hecho, estudios científicos han demostrado que el bebé es capaz de distinguir caras, tener preferencias entre ellas y reconocer el parecido de algunas caras con la suya propia: es la herramienta de imitación o reflejo que tiene lugar durante estas primeras semanas.
Visión del bebé a las 8-10 semanas
A las ocho semanas de vida el bebé ya puede enfocar un objeto para seguir un movimiento lento del mismo en una distancia que no supere los 60 centímetros y en un arco no superior a los 180 grados. El mayor control que el bebé ejerce sobre su cabeza y cuello beneficia el seguimiento de objetos que se mueven.
Por otro lado, el bebé comienza a percibir el contorno de los objetos con mayor precisión.
Visión del bebé a partir de las 12 semanas
La visión del bebé se hace más precisa y ya comienza a diferenciar colores y a ganar nitidez. Sin embargo, en las largas distancias todavía se perciben los tonos más apagados de lo que realmente son.
Durante la etapa que comienza en los dos meses de vida y hasta llegar a los tres, el bebé ya detecta muy bien las diferencias entre caras y se concentra más en los detalles. Ahora ya es capaz de detectar sus propias manos y los gestos del rostro de los padres.
Entre los tres y los cuatro meses de vida es normal que el bebé preste más atención a los objetos brillantes.
Visión del niño a partir de los 6 meses
Cuando el bebé llega a los seis meses de vida ya es capaz de ver casi de la misma forma que un adulto pero las imágenes que percibe su visión todavía carecen de la nitidez suficiente. Esta nitidez se sumará a los colores y la profundidad en torno a los cinco años de edad, por muy raro que parezca.
En definitiva, nuestro sentido de la vista es el que más tarda en evolucionar hasta su estado completo y debemos ser conscientes de ello a la hora de tratar a cualquier bebé. Por eso, durante las primeras semanas de vida es indispensable controlar y aplicar diferentes técnicas de aprendizaje que ayuden a estimular y desarrollar el sentido de la vista con mayor celeridad.
Un artículo genial y muy curioso! Este es una aspecto de los bebés que no conocíamos.
Saludos
La Cestita del Bebé