La tecnología avanza a pasos agigantados y eso lo podemos observar con los nuevos sistemas existentes para poder ver el cine 3D. Pero es necesario que entendamos cómo se comportan nuestros ojos y la forma en que nos llegan las imágenes para lograr comprender cómo es posible que se genere esta percepción de 3D en el cine.
Escena de la película «Buscando a Nemo» de Disney en formato para cine en 3D
Desde hace algunos años acudir el cine a ver películas en 3D se está convirtiendo en toda una alternativa al cine convencional. Además, la tecnología ha llegado hasta los hogares, creando televisores específicos que ofrecen la posibilidad de disfrutar de algunos programas, series y películas en 3 dimensiones. Pero ¿cómo logran este efecto 3D en el cine? Pues vamos a repasar el comportamiento natural de nuestro sistema visual y lo que se hace realmente en el cine en 3D para crear esos efectos.
Estereopsis: ¿cómo entendemos las 3 dimesiones?
La realidad es que nuestros ojos tienen una forma muy concreta y natural de percibir las 3 dimensiones. Hablamos de la estereopsis o disparidad retiniana. Nuestros ojos, por norma general suelen fijarse en un mismo objeto, lo que hace que se reciba una imagen muy similar, aunque no idéntica. Debemos tener en cuenta la separación de que disponemos entre los ojos que, además, no es para todos la misma. Esta separación ocular, normalmente de entre 5 y 7 centímetros, es la que hace que cuando enfocamos algún objeto, sobre todo si lo hacemos de cerca, cambie la perspectiva de nuestra visión.
Es cierto, los objetos vistos desde un ojo u otro, son muy parecidos pero la pequeña disparidad que otorga esa separación de la que hablábamos, hace que el cerebro trabaje e interprete las diferencias. Debemos tener en cuenta que tenemos de una visión envolvente y no lineal, ni recta.
Fusión sensorial
La estereopsis se basa en la percepción de una correcta fusión sensorial. Es decir, la posibilidad de juntar e interpretar las imágenes que nos llegan de cada ojo como si fuera una sola. Y esto es algo que, hacemos a diario, aunque lo tenemos tan sistematizado que no nos damos apenas cuenta. Si no, fijaos ahora mismo. Estáis leyendo este artículo y lo veis como un todo. Pero lo cierto es que a vuestro cerebro están llegando imágenes distintas, una proyectada por un ojo y otra por otro. Pero no veis el artículo doble, no. Lo que estáis haciendo es ver una fusión óptima de ambas imágenes. Esto es lo que podemos llamar fusión motora.
Simulación de la imagen percibida en cada ojo de un mismo objeto
En este sentido, la fóvea de nuestros ojos es similar, con lo cual el cerebro espera que el objeto que llega a través de ella sea idéntico, de un ojo a otro. Pero esto es complicado. Para que nuestra visión funcione correctamente es necesario que la fusión motora enfoque debidamente con ambos ojos, aportando una imagen similar que consiga generar la fusión sensorial más apropiada. Obviamente, sin fusión motora sería inviable enfocar el mismo objeto de la misma forma. En este caso estaríamos hablando de estrabismo.
Tecnología del Cine 3D
Lo que se pretende a través de cualquier sistema de 3D es reproducir esa variabilidad o diferencia en las imágenes que se requiere para la estereopsis. Nos llegarían imágenes parecidas con cambios de perspectiva y con desplazamientos a través de un eje horizontal. Y todo esto debe conseguir que nos llegue a cada uno de nuestros ojos, por separado. ¿Cómo? Pues a lo largo de la historia reciente de esta tecnología, han ido apareciendo distintos sistemas para hacerlo posible:
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Filtros de colores
Este sistema es el que casi todos conocemos. Se trata de colocarnos unas gafas con cristales de colores, un ojo vería en rojo y el otro en azul. Estos cristales, en función del color que tengan, dejarán pasar unos tonos u otros y obtendremos las dos imágenes distintas necesarias. Por lo tanto, hablamos de un sistema de filtrado para conseguir esas imágenes estereoscópicas.
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Gafas de luz polarizadas
Este es un sistema mucho más novedoso. De hecho es el que se está utilizando en los televisores en 3 dimensiones más modernos. En un principio se colocaban en el cine en 3D dos proyectores diferentes que proyectaban dos películas a la vez. A ver, es la misma película pero desde diferentes perspectivas. Cada proyección estaba destinada a un ojo de forma perpendicular al otro. Y con las modernas gafas polarizadas, se lograba filtrar la información que necesitamos en nuestro cerebro para ver con esa sensación de 3D.
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Único proyector 3D:
Este es el sistema más moderno que, junto a las gafas polarizadas se usa en casa y en el cine. Estaba claro que lo de los dos proyectores no resultaría, en absoluto viable, por lo que la investigación dio paso a este moderno sistema en el que un único proyector reparte imágenes para uno u otro ojo. Y esto se hace de forma muy rápida. Nosotros no observamos un parpadeo existente entre las imágenes, pero realmente es lo que está sucediendo.
Problemas visuales del cine en 3D
Siempre percibiremos una parte de la imagen desenfocada que es la que la cámara no puede enfocar y esto puede hacernos ver imágenes dobles. Lo que puede provocar bastante estrés para nuestros sistemas de fusión motora y sensorial.
Un inconveniente es que esa perspectiva de la que hablábamos para realizar la estereopsis, no es la nuestra propiamente dicha. Es decir, cada uno tenemos una separación distinta entre los ojos y con el cine 3D se asume una separación que seguro que no será la real, pudiendo generar un efecto estroboscópico.
Pero no hay que alarmarse, porque ver películas en 3 dimensiones, puede aumentar el estrés de fusión, nos pude resultar incómodo e incluso provocarnos fatiga visual y dolores de cabeza, pero no se ha demostrado que este tipo de tecnología sea capaz de provocar problemas relacionados con la salud visual. Lo que sí que es posible es que saque a relucir síntomas latentes que habíamos sido incapaces de observar.
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