El síndrome de ojo seco es una afectación bastante común entre la población y cuya incidencia aumenta con la edad. Se caracteriza por un déficit cuantitativo del componente acuoso de la lágrima, pues hay que recordar que en ella encontramos 3 componentes; acuoso, lipídico y mucoso. El componente acuoso que es el que nos compete en este caso, es sintetizado en la glándula lagrimal situada en el borde superoexterno de la órbita. La importancia de la lágrima, tanto en calidad como en cantidad, reside en las importantes funciones que realiza como antiséptica, óptica, nutricional y de arrastre.
¿Qué factores favorecen el ojo seco?
Los factores que favorecen este cuadro de ojo seco son la menopausia, la edad avanzada, la toma de ciertos fármacos como antidepresivos o el uso de lentes de contacto, pues éstas absorben la lágrima. Además, también podemos de forma fisiológica desarrollar un “ojo seco” al frenar la frecuencia natural del parpadeo por ejemplo al realizar actividades de precisión o estar frente al ordenador muchas horas, por el aire acondicionado, etc. Aunque las situaciones descritas son las causas más comunes, el síndrome de ojo seco puede aparecer como resultado de ciertas patologías como es el síndrome de Sjögren en el cual hay sequedad generalizada de todas las mucosas.
La sintomatología de este cuadro se caracteriza principalmente por sensación de continuo roce y presencia de “arenilla” en el ojo. Si no es tratado correctamente, puede evolucionar a una queratitis punteada, es decir, a la aparición de úlceras corneales microscópicas y múltiples.
El tratamiento del ojo seco
Actualmente, el tratamiento en la mayoría de los casos se basa en la administración de lágrimas artificiales o el uso de pomadas oftálmicas, además del tratamiento etiológico en caso de existir una patología de base. Sin embargo, parece ser que la cafeína podría ayudar en parte a mejorar la sintomatología de este síndrome según afirmaron científicos de la Universidad de Medicina de Tokio, los cuales publicaron un artículo al respecto en la revista de la Academia Americana de Oftalmología hace aproximadamente un año.
Hasta entonces, la cafeína era conocida por sus efectos sobre otras secreciones corporales, pues estaba ya documentada su acción favorecedora sobre la secreción salivar y del jugo gástrico. Gracias a este estudio se demostró que también tenía efectos sobre la glándula lagrimal, incrementando su capacidad de producción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al igual que con cualquier otra sustancia, no todos metabolizamos la cafeína del mismo modo, por lo que los hallazgos resultaron ser más significativos en aquellas personas con variantes genéticas específicas que son de gran relevancia en el metabolismo de la cafeína.
Aplicaciones de la cafeina
Actualmente su aplicación a nivel clínico es bastante limitada pues carece de posteriores estudios que avalen su uso durante periodos prolongados de tiempo, y además habría que usarla únicamente en pacientes que fueran sensibles a la acción de la cafeína y que no tuviesen otras patologías de base con las cuales pudiese interferir dicha sustancia.
Fuente: AAO
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