Es la enfermedad vascular con mayor incidencia sobre la retina.
La causa es el debilitamiento de los vasos sanguíneos a causa de la descomposición metabólica de la diabetes. En este sentido, los diminutos vasos sanguíneos que alimentan la retina son especialmente susceptibles y el deterioro de los mismos, unido a los cambios estructurales que esto produce sobre la retina llevan a la pérdida de visión.
La enfermedad inicialmente no evidencia síntomas, dolor o pérdida de visión. Es por esto que habitualmente el paciente no se percata del daño hasta no alcanzar un grado severo y por lo que cobran importancia los exámenes oftalmológicos periódicos en diabéticos.
SÍNTOMAS DE UN
ESTADO AVANZADO
PREVENCIÓN
RETINOPATÍA
La población diabética debe llevar un control estricto de la glucemia y presión arterial. Niveles elevados de cualquiera de estos valores propician el deterioro de los vasos sanguíneos y con ello la retinopatía diabética.
Además de los ya citados, otros factores como llevar una vida sedentaria, la obesidad o el tabaco favorecen el desarrollo de la enfermedad.
Las revisiones periódicas de la retina son fundamentales para detectar y tratar precozmente esta enfermedad, y con ello, evitar un daño severo en la retina y una pérdida de visión aguda.
DIAGNÓSTICO
RETINOPATÍA
Para el diagnóstico se utiliza una prueba llamada angiografía con fluoresceína, que es una fotografía de la retina utilizando un medio de contraste inyectable. Esto permite ver el estado de la retina con claridad, clasificar la enfermedad y evaluar el tratamiento.
TRATAMIENTO
RETINOPATÍA
La retinopatía puede afectar a la mácula (zona central de la retina responsable de la visión de detalle) o a su periferia.
En función de la zona de la retina afectada y la severidad del daño ocasionado por la enfermedad se elegirá entre las siguientes opciones de tratamiento:
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PREGUNTAS
FRECUENTES
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No. El tipo de diabetes y por tanto su momento de aparición va a tener un peso importante a la hora de tener más o menos probabilidades de desarrollar retinopatía diabética. El control glucémico que realice cada paciente también va a ser de vital importancia, así como el control de otros factores de riesgo asociados como la tensión arterial.
No necesariamente. La retinopatía diabética tiene diferentes fases y no todos los pacientes tienen porqué llegar a tener todas las complicaciones asociadas. Además, la afectación visual dependerá mucho de si la retinopatía diabética se acompaña o no de edema macular.
En efecto, la agudeza visual puede verse mermada a consecuencia de la retinopatía diabética y las complicaciones asociadas a esta. Por eso un buen control resulta fundamental desde el inicio.
En general, siempre recomendamos una revisión anual. Sin embargo, en caso de detectarse alguna anomalía, dependiendo de la intensidad de las lesiones, puede que su oftalmólogo le recomiende controles más frecuentes individualizando cada caso.
Por supuesto. La mejor prevención para evitar desarrollar retinopatía diabética es un buen control de la glucemia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que otros factores además de este también están involucrados.
Aunque la patología ocular más conocida secundaria a la diabetes es la retinopatía diabética, esta también se asocia a afectación de otras estructuras oculares dando lugar a ojo seco o a la aparición de cataratas de forma precoz.
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