Detectar anomalías visuales en los niños es de suma importancia para garantizar la correcta salud ocular de los más pequeños. Además, el diagnóstico precoz de problemas oftalmológicos posibilita un tratamiento temprano y efectivo. Por ello, vamos a repasar algunos de los test visuales infantiles más comunes.
Llevar a cabo un test visual en la población adulta es algo muy sencillo, ya que el paciente tiene la capacidad de comunicarse e interactuar fácilmente con el especialista. Esto no ocurre de igual modo con los pacientes pediátricos. Pero, determinar si el niño padece alguna alteración en la vista es algo que se recomienda hacer en edades muy tempranas. Cuanto antes se comience con el tratamiento oftalmológico el éxito del mismo será mayor.
Al tratarse de pacientes pediátricos, lo recomendable es que el test de la visión lo lleve a cabo un oftalmólogo pediátrico, que disponga de las herramientas y los conocimientos oportunos para interactuar con niños. Los exámenes de la vista infantiles han de ser rápidos y divertidos, de manera que los pequeños no pierdan la concentración durante el proceso de análisis.
El especialista tendrá que evaluar las respuestas del niño. Además, es importante que sepa leer entre líneas y analizar los gestos que hagan los pacientes durante la revisión oftalmológica. Cuando se trata de niños, a veces es más importante lo que hacen que lo que dicen, ya que es probable que no comprendan del todo el procedimiento.
«Así son los test visuales más frecuentes que se realizan a los niños.»
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3 test visuales para niños
Son muchos los test visuales para niños cuyo objetivo es determinar la agudeza visual o si existe algún tipo de deficiencia en la vista. Sin embargo, los 3 test que describimos a continuación son los más frecuentes en consulta oftalmológica.
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Test de Pigassou
El Test de Pigassou es uno de los favoritos de los oftalmólogos pediátricos. Lo que se consigue con este examen ocular es medir la agudeza visual de los niños. Puede realizarse en edades muy tempranas y las garantías de éxito en el diagnóstico son elevadas.
Esta revisión oftalmológica sigue un proceso muy sencillo. El especialista le muestra al menor una serie de dibujos que el pequeño reconocerá con facilidad. En primer lugar, se muestran las imágenes a gran tamaño, para averiguar si el niño las identifica todas y posteriormente se va mostrando cada dibujo en tamaños más reducidos.
El paciente debe ir contando qué es lo que ve en cada una de las imágenes y el oftalmólogo irá analizando su expresión y los gestos que va realizando. Obviamente, la dificultad aumenta considerablemente durante cada ronda, lo que ofrecerá al especialista algunas claves sobre la agudeza visual infantil.
El examen se realizar a unos 4 o 5 metros de distancia de las imágenes y se lleva a cabo primero con un ojo y luego con el otro. Se puede establecer que existe algún problema visual si el niño no identifica correctamente alguna de las imágenes.
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Test E de Snellen
Se conoce como E de Snellen a otro test visual, especialmente indicado para la población infantil. El procedimiento del examen oftalmológico es similar al que se lleva a cabo con el Test de Pigassou, pero en este caso, en vez de varias figuras diferentes, solo se muestra la letra “E” al niño.
Algo curioso es que no resulta necesario que el menor sepa identificar la letra ni que comprenda lo que muestran los dibujos. El oftalmólogo mostrará la letra “E” en varias posiciones y el niño tendrá que indicar la orientación de la misma.
Si la revisión oftalmológica se está realizando a un niño muy pequeño se le puede pedir que indique con su dedo pulgar hacia qué lado miran las patitas de la letra. Como en el caso anterior, este test de la vista se realiza primero para un ojo y luego para el otro.
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Test de preferencia visual
El último test visual infantil está indicado para pacientes muy pequeños. Suele llevarse a cabo en niños de entre 6 meses y 2 años de edad. Por lo tanto, es muy probable que se realice durante la primera revisión de la vista infantil, que se recomienda llevar a cabo a edades muy tempranas.
El examen consiste en enseñar al niño unas láminas que tienen rayas blancas y negras sobre un fondo gris. Las franjas cada vez son más finas, por lo que llega un momento en el que el menor deja de seguirlas con la mirada. El especialista observa al niño a través de un orificio, para comprobar que sigue con la mirada la secuencia de imágenes. Cuando el paciente deje de girar la cabeza se podrá determinar la agudeza visual del pequeño.
Es importante realizar este test visual con cierta rapidez, para evitar que el niño pierda la concentración durante el proceso.
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Hola , y cómo anotaríamos la agudeza visual que tiene a la que llega. Gracias