El nistagmo es un trastorno ocular caracterizado por movimientos involuntarios, rápidos y repetitivos de los ojos, los cuales pueden ser horizontales, verticales, rotatorios o una combinación de estos.
Las personas con nistagmo suelen tener dificultades para mantener una visión clara y nítida, especialmente en situaciones en las que intentan enfocar objetos a distancia. Y, estos mismos síntomas, pueden ir acompañados de mareos, problemas de equilibrio o vértigo.
Existen dos tipos de nistagmo: el nistagmo congénito surge desde el nacimiento o primeros meses de vida y suele tener síntomas menos notorios, de hecho a menudo los pacientes no perciben que sus ojos se mueven. Por otro lado, el nistagmo adquirido se desarrolla a lo largo de la vida y puede estar asociado a lesiones en el sistema nervioso central, trastornos del oído interno o efectos secundarios de ciertos fármacos. Las personas con este tipo de nistagmo suelen experimentar más molestias visuales y pueden tener dificultades para enfocar correctamente.
El tratamiento del nistagmo depende de su causa subyacente y puede incluir desde el uso de lentes especiales o terapia visual, hasta cirugía correctiva en casos graves.