Los niños prematuros tienen más defectos visuales

Los defectos visuales tienen una mayor prevalencia en niños que han nacido prematuramente. En este sentido, la retinopatía del prematuro, ROP, es una patología que va en aumento debido al incremento de la supervivencia de los bebés prematuros. Las revisiones oftalmológicas pediátricas son importantísimas en estos casos.

Los niños nacidos de forma prematura tienen muchas más posibilidades de padecer algún trastorno visual. La retinopatía del prematuro es característica de estos casos.

Un estudio oftalmológico español realizado en el año 2001 sobre una muestra de 180 niños nacidos de forma prematura y con un peso inferior a 1,5 kg en el momento del nacimiento, demuestra que estos niños tienen mayores defectos visuales que los que han nacido a término. Los resultados presentados en el 77º Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología otorgaron mucha luz a un campo de estudio poco trillado.

Los niños prematuros, según este estudio, cuentan con una incidencia mayor en cuanto a defectos de refracción, como hipermetropía, miopía y astigmatismo y defectos de anisometropía, es decir, la diferencia de refracción entra ambos ojos.

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Resultados del estudio

Tras estudiar a los 180 niños prematuros, a la edad de 4 años, se observó que existía un aumento bastante elevado de este tipo de anomalías, en relación con los niños que han nacido tras embarazos llevados a término.

Miopía, hipermetropía y astigmatismo

La incidencia de miopía infantil, en estos casos, se eleva hasta el 5,5% de los niños prematuros, frente al 1,8% del resto de menores que han nacido a término. La hipermetropía, sin embargo, alcanza el 13,05% y el astigmatismo el 12,21%.

En conjunto, estos tres defectos de visión afectan a un 30,5% de los niños prematuros. Se trata de una cifra considerablemente más elevada que la de la incidencia en niños cuyo embarazo ha llegado a término que es de un 1,7%.

Además, los datos son bastante reveladores en el caso de que el niño tenga una retinopatía grave. En estos casos, la aparición de miopía de forma conjunta aumenta hasta el 52,5%. La idea del estudio es relacionar la incidencia de estos defectos visuales con el grado de retinopatía y los resultados son bastante esclarecedores, ya que los prematuros que han sufrido una retinopatía grave tiene muchas más posibilidades de ser miopes.

Ojo vago

En el caso de la anisometropía (diferencia de refracción entre ambos ojos superior a 3 dioptrías), es hasta un 18,89% de la muestra el que revela la aparición de este defecto y hasta un 60% de ellos puede verse afectado de ojo vago o ambliopía por este motivo.

Retinopatía del prematuro

Cabe mencionar que la retinopatía del prematuro es una patología de la retina producida en niños que han nacido de forma prematura. Los bebés nacen sin que la vascularización de la retina haya terminado de desarrollarse. Es probable que tras el nacimiento, la vascularización continúe su crecimiento normal, aunque también es posible que aparezca la enfermedad a la que nos referimos, la ROP. Se trata de una retinopatía con proliferación vascular. Por este motivo, los niños prematuros deben de tener un seguimiento oftalmológico muy exhaustivo. Hay que tener en cuenta que la retinopatía en estos pacientes puede resultar bastante grave, llegando a provocar secuelas importantes como la ceguera o un desprendimiento de retina.

La retinopatía del prematuro aparece porque en el momento del parto la vascularización de la retina está incompleta y se desarrolla, a partir de ahí, de forma incorrecta.

La ROP, ha sufrido un importante aumento en los últimos años debido al mayor nacimiento de bebés prematuros y al aumento de la supervivencia de los mismos. En este sentido, la doctora Pilar Tejada, coordinadora del estudio, dice que todos los niños nacidos de forma prematura deberían de pasar por un estudio que cribe las anomalías oculares que puedan padecer en el futuro. Para ello, habría que someter a los bebés a una exploración ocular muy completa y un examen del fono del ojo.

Entre los defectos de refracción que pueden padecer los niños, la hipermetropía y el astigmatismo son los que más problemas causan a los menores, porque con estas anomalías visuales no logran ver bien ni de cerca ni de lejos, lo que quiere decir que el cerebro de estos niños nunca ha recibido señales óptimas de los ojos.

Revisiones oftalmológicas infantiles

Las revisiones oftalmológicas en los niños son fundamentales para lograr que los pequeños cuenten con una mayor agudeza visual. En este sentido, si muestran señales claras de que no están viendo debidamente, la visita al oftalmólogo se hace imprescindible. Por lo tanto, si el niño parpadea demasiado, le duele la cabeza mucho, le molesta la luz, se acerca bastante al papel o guiña los ojos, es probable que sufra una de las anomalías visuales más comunes de la edad escolar. Es decir, estrabismo, ambliopía o algún defecto refractivo como hipermetropía o miopía.

Los oftalmólogos recomendamos realizar un estudio visual a los niños a los tres años, porque a esta edad suele aparecer el retinoblastoma, un tumor que se detecta en la exploración del fondo del ojo.

Todos los defectos visuales son mucho más maleables si se tratan a tiempo, cuando el niño todavía está en edad de desarrollo. Esto es así porque su cerebro todavía tiene plasticidad y se pueden intentar corregir algunas anomalías que afectan a la visión.

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