El limbo esclerocorneal es la franja anatómica situada en la parte anterior del ojo que marca la transición entre la córnea y la esclera. Esta zona en forma de anillo rodea la base de la córnea y tiene un ancho aproximado de 1 mm.
Anatómicamente, el limbo alberga estructuras clave como el canal de Schlemm, la malla trabecular y una densa red de vasos sanguíneos y linfáticos. Su ubicación estratégica le otorga funciones tanto estructurales como fisiológicas en el mantenimiento de la salud ocular.
Una de sus funciones más relevantes es contener las células madre límbicas, esenciales para la regeneración del epitelio corneal. La pérdida o daño de estas células puede provocar una insuficiencia límbica, con afectación de la transparencia corneal y deterioro visual. Además, el limbo participa activamente en el drenaje del humor acuoso, contribuyendo a la regulación de la presión intraocular.
Por ello, se presta especial atención a esta zona en el tratamiento de patologías oculares como trasplantes de córnea, enfermedades límbicas o cirugía de glaucoma, tanto para conservar su integridad como para planificar intervenciones que la implican.


