Prácticamente todo el mundo ha salido alguna vez en una foto con los ojos rojos. ¿Por qué ocurre esto y cómo podemos evitarlo?
El globo ocular es un órgano esférico en cuya porción anterior destacan el iris (porción coloreada del ojo) y la pupila en su centro. Ésta no es más que un orificio que permite el paso de la luz al interior del ojo para que los rayos lumínicos puedan llegar a la retina, donde la señal lumínica es convertida en una señal eléctrica que viajará al cerebro a través del nervio óptico. Dependiendo de la luz ambiental, la pupila estará más o menos abierta para permitir el paso de la cantidad adecuada de luz para que podamos ver aquello que nos rodea de la forma más nítida posible y sin dañar la retina. Esto se consigue gracias a la participación de dos músculos situados en el iris; el músculo dilatador y el músculo esfínter de la pupila. En condiciones de baja luminosidad, el músculo dilatador se contrae y “abre” la pupila, al estar formado por fibras radiales; mientras que en condiciones de mucha luminosidad, es el músculo esfínter de la pupila el que se contrae para “cerrar” la pupila, al estar formado por fibras circulares.
Por ello, al tomar una fotografía con flash de noche o en ambientes oscuros donde nuestras pupilas se hallan dilatadas, nuestros ojos aparecen rojos, ya que entra gran cantidad de luz que se refleja en nuestra retina, la cual, debido a su gran vascularización aparece de color rojo. Esto contrasta en gran medida con lo que ocurre en otras especies que poseen una fina capa justo por detrás de la retina denominada tapetum lucidum. Dicha capa refleja la luz visible de nuevo a través de la retina, aumentando así la cantidad de luz disponible para estimular los fotorreceptores. Por ello, al tomar una foto con flash a oscuras en estos animales, sus ojos aparecen de color brillante, como si emitiesen luz, aunque el efecto de los ojos rojos también puede ser visto dependiendo del ángulo en el que incida el flash sobre la retina. Este mismo efecto en el que se observan los ojos de color blanco brillante en humanos se denomina leucocoria y generalmente indica patología ocular, pues carecemos de tapetum lucidum, como por ejemplo cataratas o ciertos tumores como el retinoblastoma en niños especialmente.
En cuanto a modos de evitar el efecto de ojos rojos en las fotografías, muchas cámaras ya incorporan un sistema para intentar reducirlo. Al realizar la fotografía, el flash aparece dos veces de forma muy seguida. El primero de ellos aparece justo antes de que la cámara capture la imagen y su propósito es contraer nuestra pupila al recibir ésta un estímulo lumínico. El segundo flash aparece en el momento de captura de la imagen y al estar nuestras pupilas más contraídas, menor cantidad de luz accede al interior del globo ocular y por tanto menor cantidad se refleja en la retina y se reduce significativamente el “ojo rojo”.
Por nuestra parte, también podemos emplear varios trucos para disminuir este efecto, como por ejemplo tomar la fotografía en espacios más iluminados, pues de esta forma contraeremos nuestras pupilas. Además de esto, en caso de ser posible es recomendable apartar el flash del objetivo de la cámara. En muchas de ellas, el flash va incorporado a la propia cámara y se sitúa a pocos centímetros del objetivo, de forma que la luz que se refleja en nuestras retinas incide directamente sobre él, aumentando la presencia de “ojos rojos” en las fotografías. Una manera de suplir esto en estas cámaras en las que el flash es inseparable de la lente en sí, sería que el sujeto al que se le realiza la fotografía desvíe ligeramente la mirada de la cámara de forma que la luz reflejada no incida directamente en el objetivo.