Una oftalmoscopia es un examen en el que se estudia el fondo del ojo, donde se encuentran la retina, el disco óptico, la coroides y los vasos sanguíneos.
Se trata de una prueba que permite al oftalmólogo observar todo el globo ocular de una forma no invasiva e indolora. Además, es muy importante para el seguimiento de ciertas enfermedades como, por ejemplo, el glaucoma.
Existen tres tipos de oftalmoscopia:
- Oftalmoscopia directa: El paciente se encuentra sentado y se proyecta una luz a través de la pupila para observar todo el globo ocular.
- Oftalmoscopia indirecta: El paciente se encuentra semi-inclinado y se aplican unas gotas dilatadoras previamente en la pupila. El oftalmólogo enfoca una luz con el oftalmoscopio y visualiza el ojo a través de una lente que coloca sobre la estructura ocular.
- Oftalmoscopia indirecta con lámpara de hendidura: Esta es la oftalmoscopia con mayor amplificación y también requiere de la aplicación previa de gotas dilatadoras en la pupila. El paciente coloca la barbilla sobre la mentonera de la lámpara de hendidura y el oftalmólogo observa el globo ocular con la luz del equipo y una lente delante del globo ocular.