La dioptría es la unidad de medida con la que se calcula la graduación de los ojos. A partir de esta se establece el poder de refracción que debe tener la lente de unas gafas o lentillas.
Las dioptrías se calculan en una escala de 0,25 en 0,25 y pueden ser positivas o negativas. Los defectos refractivos que corresponden con una graduación positiva son la hipermetropía y la presbicia, mientras que la graduación negativa sería propia de la miopía. En el caso del astigmatismo, puede tratarse tanto de una graduación positiva como negativa.
Por consiguiente, un ojo con 0 dioptrías en su graduación es emétrope, pues no padece ningún defecto de refracción y la imagen que atraviesa la córnea queda perfectamente enfocada en la retina.